La Mujer del Siglo 21

¿Qué características se necesitan para exaltar a una persona?
¿Qué criterios se analizan para poner a una mujer como ejemplo?
¿Qué parámetros se revisan para nombrar a una dama “la mujer del año”?

1.- Su vida intachable en todos los ámbitos.
2.- Que halla aportado algo nuevo a la sociedad en la que vivió
3.- Que ese aporte sirva a la sociedad
4.- Que perdure ese aporte

Concepción Cabrera de Armida, llena, con creces, los parámetros de este perfil, para considerarla una persona notable e hija esclarecida de este país que la vio nacer: México.

Vida intachable
Moral.- A través de su vida y su actuación observó siempre, buenas costumbres. Podemos decir de ella que, no solo tuvo una vida correcta, sino que llegó a vivir heroicamente la prudencia, la paciencia, la rectitud de intención, la fe, la esperanza, la justicia, y lo que es más importante, el amor, entendido como entrega a los demás.

Familiar.- Una de las facetas más interesantes de esta mujer que hoy ensalzamos es su vida familiar. Conchita fue un ejemplo de virtudes domésticas; sabía hacer todos los quehaceres de la casa y sobre todo supo crear un ambiente de paz y alegría en el seno familiar, sin exageraciones religiosas ni rigidez de normas.
Conchita, sin duda fue el pilar de su hogar, tal como lo son muchas mujeres en la actualidad. Tuvo 9 hijos y a todos los acompañó desde la cuna hasta que hicieron sus propias opciones, y durante toda su vida, orientándolos y formando sus personalidades con todo respeto. Esa personalidad de Conchita maternal, se alargó más allá de los límites de su propio hogar. Todos los que la necesitaban encontraba apoyo, consejo, consuelo, ayuda económica, sostén espiritual.

Empresarial
Esa faceta es poco conocida en la vida de Conchita. Fue primero la consejera de su marido, en todo le consultaba en cuestión de negocios. Más adelante, ya viuda funda junto a hijo Francisco la Casa Armida, que subsiste hasta el día de hoy.

Social.-
Conchita existió en un espacio temporal concreto, en una sociedad concreta. Vivió en un ambiente socio-político y religioso sumamente agitado. Desde su fe, oró y se sacrificó por su país alentando a todos los católicos y especialmente a los sacerdotes con sus escritos, asistiéndolos e incluso hospedó en su casa el Obispo Ibarra hasta que este falleció, arriesgándose y arriesgando a su familia, con el riesgo de perder su hogar. Con su ejemplo encendió una luz para que los creyentes pudiéramos iluminarnos en tiempos de tinieblas. Apoyada en su amor a Jesús, para ella no hubo “empresa” imposible, como San Pablo.....“cuando me siento débil, entonces es cuando soy fuerte”.

Religioso.-
Solemos acentuar el aspecto religioso en Conchita, porque es este campo el don de su aporte como persona, tuvo una mayor repercusión. Su talento natural, su ingenio y creatividad, su profunda sensibilidad a lo trascendente, su sentido de justicia, todo estuvo al “servicio” de esa vida interior, donde el amor a Cristo lo era todo. No tuvo descanso, acogió en plenitud la voz de Dios en su corazón que la invitaba a unirse a su obra de salvación. Supo “hacer” pero también supo dejarse “hacer”. Sus innumerables escritos entre ellos la Cuenta de Conciencia, la Cadena de Amor, y todas las obras de la Cruz, son obras santificadas por Jesús, pues están basadas en el amor.

“JESÚS SALVADOR DE LOS HOMBRES, SALVALOS, SALVALOS!

En nuestros corazones retumban este eco de amor y oblación a los demás, en la obra de redención; Jesús sacerdote y víctima, nos pide que nos asociemos a Él y nos ofrezcamos por el prójimo, por su salvación, en amor y servicio.

Este es un breve recorrido....
Concepción Cabrera de Armida es la mujer del siglo XXI. Ella se levanta como un faro luminoso que enseña abrazar a la humanidad con toda la fuerza de un corazón materno capaz de amar y entregarse como lo hizo nuestro único modelo, Jesucristo, nuestro Redentor.

Trato del texto “La Mujer del Siglo XXI” escrito por el P. Carlos Vera Soto, M.Sp.S.
Espiritualidad de la Cruz - Cidec