viernes, 6 de agosto de 2010

DE CONCEPCIÓN CABRERA DE ARMIDA

“......El Señor le decía a Conchita: ”Quiero hacerte santa y que sólo Yo lo sepa; por esto te cuido, te aviso, te dirijo y por ti velo. Te quiero espejo de virtudes ocultas, nada exterior, que estoy cansado de este escollo en que perecen o se detienen muchas almas que debieran ser mías. Tú sí serás mía si me oyes, si te pisas, si todo lo traspasas, si no te detienes; en fin, si con tus ojos y tu corazón fijos en Mí haces siempre lo que Yo quiero de ti” (Diario 6, p. 14, 1 abril 1895).




DEL PADRE FELIX DE JESÚS ROUGIER, M.Sp.S.

"Jesús nos dice que si queremos ser sus discípulos tenemos que seguirlo cargando la "cruz de cada día". Así que sin cruz, no podemos seguir a Jesús. Pero esa cruz diaria no consiste en hacer penitencias, sino en ofrecer a Dios con amor todo lo que nos cuesta: la observancia religiosa, la paciencia con los demás, el cumplimiento fiel de todos nuestros deberes, la oración cuando estamos en tiempo de aridez espiritual, al vencer las tentaciones para cumplir los mandamientos de Dios. Todo eso es "la cruz de cada día". "Ser sacrificados es decir muchas veces durante el día: "Nada para mí, todo para Jesús".
"Lo más perfecto que les puedo aconsejar acerca de esto, es lo que señala nuestra espiritualidad: Ser víctimas en unión de Jesús, que se ofreció siempre al Padre, movido por el gran amor que el Espíritu Santo había derramado en él. "¿Entienden lo que es la Espiritualidad de la Cruz? Bueno, pues esto es ser sacrificados, esto es ir cargando siempre la cruz con Jesús."

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